martes, 29 de enero de 2008

HONGOS Y CÁNCER

Voy a tratar un tema bastante desconocido e inquietante, la relación probada entre ciertas micotoxinas y la generación de diferentes tipos de carcinoma en humanos.
Las principales implicadas son las AFLATOXINAS, productos metabólicos de Aspergillus flavus, Aspergillus parasiticus, Penicillium puberalis, Aspergillus oryzae, Aspergillus niger, Aspergillus gruber, Aspergillus wentii, Penicillium frecuentans, Penicillium variable y Penicillium citrinum. Como véis la lista no es nada despreciable si tenemos en cuenta que las aflatoxinas son el segundo agente carcinógeno en cuanto a su potencia, si excluimos la radiación.
Las aflatoxinas tienen efectos tóxicos inmediatos, además de inmunosupresores, mutagénicos, teratogénicos y carcinogénicos. El principal órgano diana de los efectos tóxicos y carcinogénicos es el hígado. También inducen tumores en riñón, colon y pulmón.
Están presentes en casi la totalidad de las materias primas y alimentos utilizados en la alimentación de animales. Se pueden encontrar en cualquier punto de la cadena alimenticia, desde la siembra y cosecha hasta en la carne y leche que se consume.
Los alimentos más susceptibles a la contaminación fúngica y consecuente producción de aflatoxinas son los granos y cereales (maní, maíz, trigo, cebada, avena, sorgo, arroz, almendra, frijoles, semillas oleaginosas de algodón, girasol, soya), frutos secos, frutas deshidratadas, leche y productos lácteos, hierbas, especias, café, cacao, piensos, aceites vegetales, cerveza, entre otros.
No sólo las aflatoxinas pueden causar cáncer, también las ocratoxinas son en menor grado carcinógenas.
Las ocratoxinas (OTA) son metabolitos secundarios de cepas de Aspergillus y Penicillium presentes en los cereales, el café y el pan, así como en todo tipo de productos alimenticios de origen animal. La dosis subletal de ocratoxina puede producir reabsorción del feto, teratogénesis y trastornos renales, también se ha relacionado con carcinomas y adenomas renales.
Por último he de citar las fumonisinas que son micotoxinas producidas por Fusarium moniliforme y especies afines cuando crecen en el maíz, estas últimas han sido relacionadas también con la producción de tumores de esófago e hígado.
Este tipo de hongos y sus toxinas no suelen ser muy habituales en nuestras latitudes, siendo mucho más frecuentes en climas tropicales, lo cual no nos excluye de la contaminación si tenemos en cuenta que muchos de los productos susceptibles de contaminación con aflatoxinas llegan a España importados de otros países.
Aunque el calor degrade a las aflatoxinas, no es económicamente factible ni efectivo inactivarlas en los almacenes, porque las temperaturas necesarias para alcanzar un efecto significativamente importante, o bien destruyen el alimento, o le confieren propiedades organolépticas detestables para su empleo, si bien en el hogar sabemos que una vez cocinados, los alimentos no resultan peligrosos.
La segregación o separación física se puede realizar en los hogares mediante la inmersión de los granos en agua y separando los granos sobrenadantes.
La luz solar es más efectiva que cualquier otro agente radiante para la destrucción de las aflatoxinas en líquidos claros como el aceite de maní contaminado, que expuesto a la luz solar en botellas transparentes se descontamina irreversiblemente en 1 h aproximadamente. Esto es solo posible en líquidos claros y no en volúmenes sólidos opacos, como son la mayor parte de los alimentos susceptibles a la contaminación.
Otra medida importante es realizar una alimentación lo más variada posible, que nos excluya de la constante exposición a un mismo alimento que pudiese estar contaminado.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

el mundo de los hongos cada día me deja más asombrado y maravillado, en parte gracias a ti que lo muestras tan detalladamente y abarcas tantos aspectos que yo desconocía

gracias gugol

Anónimo dijo...

¡eh! echamos de menos tus entradas luscus
¿hablo en nombre de todos?
;)